Por fin han llegado. Son esas vacaciones, esos días sin obligaciones tan deseados y esperados durante 11 meses. Y ahora que están aquí, ¿realmente somos capaces de descansar y desconectar? ¿Podemos de verdad dejar de hacer lo que hemos hecho durante todo el año y dedicarnos a liberar la mente y resetearla?
Cambiar de espacio favorece la desconexión. Abrir una maleta sobre la cama y empezar a poner ropa fresca y cómoda, bañadores… Cerrar y salir de casa, dar una vuelta a la llave, coger el medio de transporte que sea, y llegar a un nuevo destino, el que será tu casa por unos días, tu refugio. Es posible que pises la arena o visites la piscina, que alargues la sobremesa de una cena con amigos, e incluso que consigas ese ratito a la hora de la siesta para leer el libro que lleva tanto tiempo esperando sobre tu mesilla de noche. Pese a todo este cambio de escenario…
¿Consigues desconectar?
No todo el mundo puede salir o viajar en vacaciones, en ese caso, y por muy a gusto que estemos en nuestra casa, la desconexión real cuesta más, pero no es imposible. Al fin y al cabo, durante unos días o semanas dejamos de ir a la oficina, de coger el metro a las 8 de la mañana, o de conectarnos a las videollamadas para las reuniones. Por fin nos olvidamos de los horarios y hay tiempo para hacer muchas de las cosas que tenías pendientes.
Tanto para los que tienen la suerte de salir de casa unos días, como los que se quedan vigilando el fuerte, aquí van algunos consejos que ayudarán a tu mente a descansar de verdad:
● Limita el uso de dispositivos electrónicos, aparca el email, intenta mirar menos Whatsapp y las RRSS.
● Intenta tener al menos un momento para ti al día en el que puedas estar tranquilo, respirar, calmar tu mente. Si no has ido a ningún sitio de vacaciones y estás en casa, te ayudará a reencontrarte con rincones de tu hogar que no sueles usar mucho. Quizá es el momento de poner una planta bonita en la terraza y sacar tu sillón más cómodo para leer o meditar por la mañana.
● Aburrirse está bien, permítete bajar la intensidad cerebral y simplemente no hacer nada. Tu cabeza te lo agradecerá.
● Evita pensar en la vuelta a la rutina y el fin de las vacaciones porque es algo que va a suceder y no tiene sentido adelantarse. Disfruta del aquí y el ahora.
● Anímate con un nuevo proyecto o ilusión que te espere a la vuelta. Si has viajado y volver a casa te da mucha pereza, piensa en ese cuadro que te apetece colgar, esas sábanas tan confortables que te gustan tanto, en el toque de color que pueden dar unos cojines nuevos al sofá, o si ha llegado el momento de hacer esa reforma en la cocina que llevabas tanto tiempo retrasando.
A nadie le gusta decir adiós a las vacaciones, pero se trata de la época del año perfecta para vivir en el presente y para valorar todo lo positivo que tenemos en nuestra vida diaria. ¡Aprovecha para descansar, desconectar y resetear!